Lejos de nuestros decretos, dioses, un Olimpo de decisiones naturales con nombres sugestivos.
Pasa el tiempo de la mujer y la naturaleza se expone una y otra vez utilizando al artista como títere, Habla en ella, Para que dudemos, Acariciemos el misterio, volvamos a investigar, a ensayar, someternos nuevamente a sus designios, y luego, como siempre, reposa en el espacio.
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